miércoles, 11 de julio de 2007

Ultimo sprint para el Smart electrico

Hemos podido conducir un prototipo del primer Smart eléctrico. Lo llamarán Smart ED. Es casi tan definitivo, que cuando preguntamos, apenas aciertan a decir qué le falta al cuadro de instrumentos para ser el coche de producción. No parece que haya mucho que cambiar, porque bastaría con tapar el indicador del nivel de combustible. Claro, porque no hay depósito. El almacén de energía va situado bajo los pasajeros, una pila muy especial, desarrollada hace algo más de diez años en Sudáfrica, denominada Zebra, y que servirá para proporcionar al Smart ed una autonomía de 115 km. Al menos, de acuerdo con el ciclo de consumo que homologan los fabricantes.

. En silencio, sólo desentona frente a un coche aparcado por una pulsación que emite bajo el coche durante las maniobras. Nos dicen que es la bomba de vacío para el servofreno. A baja velocidad hace menos ruido que una bicicleta. Los neumáticos son el único ruido y hacia dentro destaca por el bajo nivel sonoro. El conductor se puede regocijar en que no tiene que conducir.

La dirección no pesa, pero parece que vas en un coche serio, nada que ver con un carrito, ni con un cuadriciclo, ni con un vehículo “todo-sea-por-la-ecología”. Detrás están técnicos que podrían –o han estado trabajando en Mercedes. Pasa por los reductores de velocidad de la vía con más finura incluso que el Smart de serie, porque va menos duro de suspensiones, quizá porque su velocidad la han limitado a 112 km/h. Puede parecer poco, pero no llega de manera lastimosa, sino que la aceleración le permite moverse en la ciudad sin que se advierta que se trata de un eléctrico.

La parte eléctrica se ha encargado a un especialista británico, Zytek, que se encarga también de ensamblarlo en los cien Smart de este ejercicio piloto. En su página Web declaraban que la aventura se iniciaría a finales de 2006, pero también dejaban ver un motor de 55 kW. Por el momento, la experiencia piloto se contenta con ofrecer 30 kW, es decir, unos 41 caballos, así que posteriores entregas en otras ciudades europeas pueden tener atractivo, más allá de la ciudad. Para entonces, quizá sea una batería de litio la que equipe, no las Zebra de cloruro de níquel-sodio, producidas por una única empresa en Suiza.

Por Miguel G. Puente

Fuente: Autopista